Nadie podrá impedirte ser feliz si no eres tú mismo quien decide ponerse las cosas difíciles. ¿Prefieres que te odien por lo que eres, o que te amen por lo que nunca podrás ser? La ficción es sumamente bella en las páginas o las pantallas, pero la vida real no permite ensayos. Sé tú mismo, sonríe, y deja que los demás se pregunten por qué.
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