sábado, 15 de septiembre de 2012

A modo de introducción


Muchas veces la sencillez a la hora de contar una historia es lo que hace que ésta perdure en la retina del espectador. Es el caso de este niño, cuyo problema entendemos en apenas unos instantes, mientras celebra, solitario, un gol. No tiene nadie con quien jugar al fútbol, y por ello decide preparar una cena romántica para que sus padres le traigan al mundo un hermanito. Cuando nace éste -suponemos que nueve meses después- nuestro espabilado niño, que aún no se ha quitado la camiseta del Manchester United, le hace su primer regalo: unas botas de fútbol.
Para que vaya calentando.



En otros casos, la publicidad busca lograr sus objetivos a través de la sorpresa.


Así promocionaban en 2009 la cámara de fotos Nikon D700 en Corea del Norte. Mediante unos sensores de movimiento que hacían dispararse los flashes de las cámaras de un cartel publicitario.
Imposible que te dejase indiferente.


Dentro de un mismo producto, existen campañas publicitarias muy variadas. Muestra de ello da el atún, publicitado con el pareado más absurdo por la marca Isabel:

¡Qué bien, que bien, hoy comemos con Isabel!

O de la forma más insólita:


Aunque ambos perduren en la memoria por su musicalidad, ésta resulta bien distinta de uno a otro.

1 comentario:

  1. Muy bien seleccionados los ejemplos. En el tercer ejemplo habría que comentar un poco más.

    José Luis García Martín

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