jueves, 18 de octubre de 2012

El carrusel






La publicidad no puede entenderse con independencia de lo que representa una sociedad. Para ser un buen publicista no sólo es necesario tener buenas ideas, ser original. Tambien hace falta una gran dosis de empatía con el público al que se destine el producto e incluso, en los momentos previos, la destreza verbal para convencer a los agentes publicitarios de una idea.

La serie Mad Men, ganadora de cuatro Globos de Oro y quince Emmys, cuenta la historia de Don Draper, director creativo en una agencia publicitaria llamada Sterling Cooper. La imagen de Draper, en la Nueva York de comienzo de los años 60, está basada en el famoso publicista David Ogilby, quien comenzó su carrera laboral vendiendo estufas de puerta en puerta en Escocia, para terminar convirtiéndose en uno de los nombres más importantes en la historia de la publicidad.


Don Draper, caracterizado en la serie por Jon Hamm


Draper encarna la imagen del publicista que no sólo es capaz de desarrollar buenas ideas, sino que tiene la capacidad necesaria para transmitirlas y convencer a las grandes empresas de su calidad.

En el video que veremos a continuación, presenta una idea ante los representantes publicitarios de la empresa Kodak, con quienes trabaja para lanzar al mercado un proyector de diapositivas al que pretenden llamar "La rueda".








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